Kakis Pronto empecé aprender los primeros acordes y a componer mis propias canciones. Esos momentos de escribir, y el proceso de crear una canción, me conmovían por dentro de una manera increíble, me hacían sentir realmente bien. Pero yo, de alguna manera, quería más: tenía la ilusión de tener una banda de rock. En los años de instituto, con mis dos mejores amigos, Óscar y Moisés, formé una banda de rock llamada Desviación Típika, con la que estuvimos siete años. Fue una época muy feliz y me dio tablas para disfrutar de este mundo. Como cantante, me ponia una falda escocesa para actuar, influenciado totalmente por la vestimenta de Axl Rose de los años 90. Simplemente me encantaba subirme al escenario a cantar con rabia y fuerza las canciones (en su mayoría reivindicativas) que componíamos. Durante los años de la banda seguí con mi guitarra española y posteriormente con una acústica que mi madre me regaló cuando cumplí los 19, componiendo canciones de una manera mas personal e intimista, pero sin tener nunca demasiado tiempo, ya que la banda y el trabajo me lo absorbían. Después de acabar con la banda por mutuo acuerdo, decidí dedicar más tiempo a mi composición individual. Y así, empezaron a surgir canciones, canciones y más canciones, canciones en las que hablo sobre todo de mí, lo que siento, cómo veo el mundo, mis sueños, mis inquietudes, mis fantasias, mi tristeza o simplemente del amor o el desamor. Era un reto para mi subirme solo con mi guitarra al escenario, acostumbrado a salir con cuatro músicos más, reto que superé hace 3 años. Y en todo este tiempo me he sentido mas vivo que nunca. En cualquier caso, ese sentimiento siempre me ha resultado muy difícil de explicar. En fin, esta es un poco mi historia con la música. Soy fiel a ella. Aunque siempre digo " que mi cabeza es esa parte de arriba que siempre esta en las nubes", la música es esa parte de mí que siempre esta conmigo. |